Dios desea que alcancemos una mayor comprensión de El
mediante las relaciones de amor y amistad que tengamos con “todos” nuestros hermanos (cuerpo de
Cristo). No con algunos, sino con todos.
Solo en la unión y contacto que tengamos con nuestros
hermanos podemos experimentar lo que Dios tiene para nosotros y es donde los
dones del Espíritu Santo tienen mucho más valor, porque de que sirve tener el
don de Profecía si no tiene a quien trasmitir ese mensaje o el don de sanidad
sino tiene la oportunidad de imponer sus manos sobre alguien para reprender la enfermedad.
De ahí la importancia de congregarse, de venir a los cultos,
asistir a los discipulados, visitarse, compartir la mesa, ver un
partido de fútbol y tantas cosas que se pueden hacer juntos, ya que de esta
forma crecemos espiritualmente.
Aislarse de los demás, aunque tengamos fuertes hábitos de
oración y estudio de la Palabra no son suficiente para crecer espiritualmente.
Hechos 2:42, 46 y 47 dice:
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en
la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.
Y perseverando unánimes cada día en el templo, y
partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de
corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor
añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.
De acuerdo a lo que nos dice Hechos, solo la acción
de compartir con todos Dios los hacia crecer en número.
Pero, ¿qué pasa con nosotros durante el camino de
nuestra vida cristiana? Al principio es puro amor, cariño, buena onda, unos con
otros muy amigos, pero llega un momento que comienzan los comentarios, la
murmuración, no me gusto el tono como me hablo el hermano o el pastor y ya
comenzamos a marginar a las personas o lo que es peor nos marginamos nosotros.
Algo muy
similar pasa en el matrimonio, al principio del noviazgo todo amor, amistad,
amabilidad, pero al pasar los años cambian las cosas, ya no hay intereses
comunes, ya no hay compasión, no son amorosos, sin ternura, es decir “un
matrimonio light 0% ternura, 0% cortesía”.
En nuestra vida Cristiana, así como en nuestro matrimonio, el mundo, nuestra propia carne y Satanás nos intenta separar a cada momento. Por lo anterior es que el apóstol Pedro nos consuela y anima a todos los que sufrimos esto y nos enseña a enfrentar estas situaciones.
1 Pedro 3:8-12 Reina-Valera 1960
(RVR1960)
8 Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos,
amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables;
9 no devolviendo mal por mal, ni maldición por maldición,
sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados para que
heredaseis bendición.
10 Porque: El que quiere amar la vida Y ver días buenos,
Refrene su lengua de mal, Y sus labios no hablen engaño;
11 Apártese del mal, y haga el bien; Busque la paz, y sígala.
12 Porque los ojos del Señor están sobre los justos, Y sus
oídos atentos a sus oraciones; Pero el rostro del Señor está contra aquellos
que hacen el mal.
Veamos el mismo pasaje pero en otra versión.
1 Pedro 3:8-12 Nueva Traducción
Viviente (NTV)
8 Por último, todos deben ser de un mismo parecer. Tengan
compasión unos de otros. Ámense como hermanos y hermanas.[a] Sean de buen
corazón y mantengan una actitud humilde.
9 No paguen mal por mal. No respondan con insultos cuando la
gente los insulte. Por el contrario, contesten con una bendición. A esto los ha
llamado Dios, y él les concederá su bendición.
10 Pues las Escrituras dicen: «Si quieres disfrutar de la
vida y ver muchos días felices, refrena tu lengua de hablar el mal y tus labios
de decir mentiras.
11 Apártate del mal y haz el bien. Busca la paz y esfuérzate
por mantenerla.
12 Los ojos del Señor están sobre los que hacen lo bueno, y
sus oídos están abiertos a sus oraciones. Pero el Señor aparta su rostro de los
que hacen lo malo» [b].
El Apóstol Pedro nos presenta un escáner de cómo quiere Dios
que seamos unos con otros:
1. De un mismo sentir.
Jesús dijo en Mateo 12:25 “toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá”,
está muy claro que la divisiones que se producen entre sus hijos causan mucho
daño y no solo en temas doctrinales (fe y creencias), sino también en objetivos
prácticos por ejemplo, los que prefieren la música fuerte y otros que la
prefieren suave. O cuando se trata de matrimonios que uno quiera asistir a una
iglesia y el otro a otra. Es absolutamente necesario ponernos de acuerdo en
nuestro sentir y vivir siempre en armonía, buscando con humildad y sabiduría
solucionar las diferencias.
2. Compasivos.
Tener compasión es ponerse en el lugar del otro cuando esté
sufriendo y tener un profundo deseo de aliviar ese sufrimiento.
Muchas veces somos indolentes al dolor o necesidad ajena,
incluso somos compasivos con otros, pero no lo somos con nuestros propios
hermanos. Aportamos para la teletón, colecta que vemos, salvemos a las
ballenas, la pulga rosada, pero en nuestra propias congregaciones tenemos gente
sufriendo.
En los matrimonios también encontramos que esta
característica se pierde, somos capaces de perdonarles cosas a otras personas,
pero cuando nuestra esposa o esposo falla a veces en lo más mínimo falta poco
darle carta de divorcio.
Jesús no enseña la compasión de Dios, el sano a muchos porque
vio el sufrimiento de estos y quiso aliviarlo. Jesús sana a un leproso (Mateo
8:1-3), Jesús sana a dos ciego (Mateo 20:29-34), Jesús resucita al hijo de la
viuda de Naín (Lucas 7:11-17).
En el caso de la resurrección del hijo de la viuda. Dice la
Biblia que Jesús se topó con un funeral del único hijo de viuda. Una viuda era
una mujer desvalida y la única esperanza era que su hijo la protegiera, pero en
este caso había muerto y Jesús tuvo compasión de ella y resucito a su hijo para
que ella no estuviera sola.
3. Amándoos fraternalmente.
El amor fraternal lleva la idea de familia.
Significa amar a todos nuestros hermanos y hermanas como si
fueran de nuestra familia, honrándolos, con verdadero cariño y respeto mutuo.
Miren lo que dice 1 Pedro 1:22 (NTV) “Al obedecer la verdad,
ustedes quedaron limpios de sus pecados, por eso ahora tienen que amarse unos a
otros como hermanos, con amor sincero. Ámense profundamente de todo corazón.”
4. Misericordiosos
Efesios 4:32 (RVR1960) dice:
“Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos,
perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
Ser misericordioso significa Benigno, Bueno, Bondadoso, Honrado, de buena calidad.
5. Amigables.
Proverbios 17:17 (RVR1960)
En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo
de angustia.
Se refiere a ser todo el tiempo cordiales, educados, que
halla humildad sincera, amabilidad.
Somos tan caballeros y damas al principio y después con el
correr del tiempo somos descortés, andamos con la broma o chiste pesado y eso
nos pasa en todo lugar o situación, en la iglesia, en nuestra relación de
pareja, en el trabajo, etc.
Conclusión
Con el correr del tiempo nuestras relaciones con nuestros
hermanos se va deteriorando, incluso esto nos pasa en el matrimonio ya sea por
culpa del mundo que nos va distrayendo, nuestra propia carne que se pone
egoísta y quiere ser el centro de las atenciones y si no es así nos enojamos y
respondemos mal con mal y no debemos olvidar a Satanás que desde la creación
vino a separar lo que Dios creo como fue el matrimonio y compañerismo.
El problema es que cuando estamos sumergido en este tipo de
actitudes dice la Biblia que Dios no escucha nuestras oraciones, por lo que
debemos arrepentirnos y cambiar nuestro mal actuar.
Hay veces que nosotros no nos damos cuenta lo que está mal y
debemos pedirle a Dios que nos revele en que área estamos fallando.
¿Será que no tengo el mismo sentir?
¿No soy compasivo?
¿No se cómo amor fraternalmente?
¿No tengo misericordia, me cuesta perdonar?
¿No tengo amigos?
Debemos aprender a perdonar y también a pedir perdón de
nuestras acciones consientes e inconscientes, ya que estas últimas también
dañan y quizás son peores, porque no nos dan la oportunidad de arrepentirnos.
Nuestra oración debe ser como la de David cuando se
arrepintió verdaderamente por su pecado (con Betsabé).
Salmos 51:10 (RVR1960) dice:
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu
recto dentro de mí.