Cita Bíblica: Números
11
Dios libero de la esclavitud a su
pueblo a través de Moisés, realizando grandes proezas como son las plagas que envió
a sus cautivadores, abrió el mar rojo para dejar pasar a Israel en seco y
destruir al ejército Egipcio que lo perseguía.
Además Dios se preocupó de
proveer en su viaje de libertad a su pueblo todo lo necesario para su sustento
como el mana, agua, leyes que tenían un carácter moral y defendía al hombre
justo, una nube que le daba sombra de día y una columna de fuego que le daba
calor y luz de noche, además de prometerle una tierra donde fluía leche y miel.
En este contexto ocurrió que su
pueblo comenzó a quejarse y estas quejas llegaron a los oídos de Dios y Él se enojó
tanto que envió fuego y comenzó a incendiar el campamento israelita y donde
muchos murieron producto a consecuencia de esto. “Entonces el pueblo clamo a Moisés,
y Moisés oro a Jehová, y el fuego se extinguió” (Numero 11:2).
Al poco tiempo de este incidente,
la gente extranjera (egipcios y otros pueblos) que se habían mezclado con los israelitas
comenzaron a desear la comida de Egipto y los israelitas se dejaron influenciar
y también lloraron y dijeron: ¡Quien nos diera a comer carne!
(Numero 11:4), y comenzaron a recordar la comida y no en la esclavitud sin
esperanza en la que estaban, ellos se habían aburrido del mana y se quejaban.
Cuando Moisés oyó al pueblo quejarse
nuevamente le pareció terrible, al igual que Jehová, pero esta vez Moisés se quejó
con Dios y le dijo:
“Yo soy tu servidor. ¿Por qué me
tratas mal y me obligas a soportar a este pueblo? ¡Yo no soy su padre ni su
madre! ¡No tengo porque cargar con ellos y llevarlos al territorio que Tú le
vas a dar! Ellos vienen a mí llorando, y me piden carne. ¿De dónde voy a sacar
tanta carne para que coma este pueblo? Por mis propias fuerzas, yo solo no
puedo llevar este pueblo; ¡Es demasiado trabajo para mí! Si vas a seguir
tratándome así, mejor quítame la vida. ¡Me harías un gran favor! ¡Ya tengo
suficientes problemas con esta gente! (Numero 11:11-15, TLA).
Dios respondió a la queja de
Moisés pidiéndole que reuniera a 70 ancianos que sean líderes de Israel, en los
cuales pondrá en ellos del espíritu de Moisés para que lo ayuden a dirigir al
pueblo, a la vez le anuncia que le dará carne al pueblo, no por un día o
varios, sino por un mes entero, tanta carne que muchos morirían atragantada por
esta.
En este relato bíblico del libro
de Números, podemos leer estos dos relatos, primero el pueblo se queja y luego
Moisés se queja, sin embargo Dios responde positivamente a Moisés, pero le
parece muy mal la queja del pueblo. ¿Por qué?
La respuesta está en que el
pueblo de Israel se quejó entre sí, trasmitían sus reclamos entre ellos creando
descontento y amargura, además fueron codicioso en añorar algo que no tenían en
lugar de agradecer lo mucho que Dios les había dado y a la vez lo que le había
prometido dar (una tierra donde fluye leche y miel), con tal actitud solo
consiguieron enojar a Dios. Y si leemos bien, ellos tenían carne, el mismo
relato indica que tenían ovejas y vacas, pero ellos insistían en estar descontentos.
En cambio Moisés llevo su queja a Dios, el único que puede resolver cualquier
problema.
Muchos de nosotros somos muy
buenos para quejarnos entre nosotros mismos, pero necesitamos aprender a llevar
nuestros problemas ante el único que puede hacer algo al respecto y ese es nuestro
Señor Jesucristo. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres,
Jesucristo hombre” (1 Timoteo 2:5).
¿Tienes una queja? ¿Tienes un
problema que no puedes resolver?, solo debes recurrir a Dios en intimidad; eres
solo tú con El y recuerda que tenemos mucho que agradecer, sobre todo el amor
del Padre que dio a su propio Hijo en sacrificio en lugar nuestro.
Un gran abrazo y muchas
bendiciones mis amigos y amigas.