martes, 21 de marzo de 2017

Aun confío en ti

Mis amigos quiero compartir con ustedes una hermosa reflexión que me envió mi buen y amado amigo Alejandro Romero basada en libro de Juan capítulo 21. Un gran abrazo a todos y muchas bendiciones.

_ ¿Me amas?

Jesús le pregunta a Simón Pedro, el que le había negado.

_ "Simón hijo de Jonás... ¿Me amas?”

Le pregunta 3 veces, ¿Me amas?

En el original griego uno ve el detalle que no está en español.

En el idioma griego (lengua con la que fue escrito el Nuevo Testamento) no existía una sola palabra para expresar "Amor". Había varias, las más usadas eran.
·         "Eros" del amor erótico.
·         "Fileos" del amor de amigo o hermano.
·         "Agape" del amor incondicional, como el de una madre a su hijo o como el de Dios.

En el original bíblico el diálogo es así:

_ Simón hijo de Jonás, ¿me amas incondicionalmente (agape) más que estos?

_ Si, te quiero (fileos)

_ Simón hijo de Jonás, ¿me amas (agape)?

_ Si, te quiero (fileos)

_ Simón, ¿me quieres (fileos)?

Y Pedro se puso triste, porque así como negó a Jesús tres veces, ahora tres veces Jesús pregunta.
Pedro en la última cena había prometido amor hasta las últimas consecuencias, ahora sabe que no está a la altura de ese amor y solo se limita con vergüenza a reiterarle a Jesús que su amor es circunstancial.

_ Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero.

_ Pastorea mis ovejas...

Jesús sabe que nuestro amor está lleno de miserias y traiciones.
Somos como Pedro, personas que reconocemos la necesidad que tenemos de Él, que nos gustaría soltar las amarras de aquellos escombros que cargamos, pero nos es imposible, porque desde los albores de nuestra historia nos dimos cuenta que somos como las teclas de un piano. Hacemos música entre claros oscuros.

Jesús sabe que nuestro, amor es por debajo del promedio, pero aún con todo, quiere trabajar desde ahí.

Jesús no exige que corramos si sabe que llevamos muletas. No nos exige volar si sabe que aún estamos gateando.

Jesús nos dice hoy al igual que Pedro:
¿No me amas incondicionalmente?
¿Sientes que necesitas de mí pero fallas siempre?  
¿Sientes que queriendo dar la vida por mí, tu amor solo se limita a un cariño profundo?

No importa. Sigo creyendo en ti, Yo te llamé... Simón (Juan, Jorge, Claudia, Luis, Mario, Roxana, etc.)
Y la mejor manera de demostrar ese amor, aunque sea carente y limitado, es derivando todo ese cariño a mis ovejas, a tus hermanos.
Porque la única vara para medir el amor hacia mí, es amando y sirviendo a tus hermanos.
Pastorea mis ovejas, sirve a tu prójimo, busca el bien de tu hermano…

Sigue adelante en lo que te he llamado.

Aun confío en ti.








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