Un hombre y una mujer se casaron. Los dos eran de la tribu de Leví.
Tiempo después ella quedó embarazada y tuvo un hijo. Al ver la madre que el niño era tan
hermoso, lo escondió durante tres meses,[1]
ya que el rey de esa región había decretado que las mujeres israelitas que les
naciera un niño debían morir y si nacía una niña se les permitiría vivir.[2]
La madre como no pudo seguir escondiéndolo, tomó una canasta de
juncos, le tapó las rendijas con asfalto y pasta de resina, y puso al niño
adentro; después fue y dejó la canasta entre los juncos que crecían a la orilla
del río Nilo. Sin embargo, la hermana del niño se quedó a cierta
distancia, para ver qué pasaba con él.
Más tarde, la hija del rey de Egipto bajó a bañarse al río.
Mientras caminaba por la orilla con sus sirvientas, vio la canasta en medio de
los juncos y mandó a una de sus sirvientas que fuera a traerla. Cuando abrió la
canasta, y vio al niño llorando, le dio lástima. Sorprendida gritó: “¡Es un
niño israelita!”
En ese momento la hermana del niño salió y le dijo a la princesa:
— ¿Quiere Su Majestad que llame a una mujer israelita para que
alimente y cuide al niño?
Y ella contestó: —Anda, ve a llamarla.
La hermana fue y llamó a su mamá. Cuando la madre llegó, la
princesa le dijo:
—Llévate a este niño a tu casa. Aliméntalo y cuídalo por mí, y yo
te lo pagaré.
La madre se llevó al niño y lo cuidó. Cuando el niño creció, se lo
llevó a la princesa. Entonces ella lo adoptó como su propio hijo y le puso por nombre “Moisés”,
que quiere decir “Yo lo saqué del agua”.[3]
En este relato bíblico podemos
observar tres mujeres valientes que entienden lo importante que es proteger la
vida, sobre todo en un contexto que legalmente se atenta contra ella.
¿Le gustaría saber con cual se
identifican?
El rey de Egipto había dictado una
ley que ordenaba matar a todos los niños recién nacidos y solo a las niñas se
les permitiría vivir, todo esto para evitar que se fortaleciera un pueblo.
El Faraón en este relato es tipo de
Satanás, el al igual que Faraón, el diablo ha dictado decretos en contra de
nuestros hijos, él quiere engañar, destruir y matar a los más pequeños. El
alcohol, la droga, la violencia, la pornografía, los vídeos juegos y dibujos
animados con contenido satánico, pornográfico, ocultista, etc. Están diseñados para
destruir a generaciones completas.
En este segundo capítulo del libro
de éxodo:
Podemos ver a una madre que no está dispuesta y no se
conforma con su época y pese al peligro de poder ser condenada a muerte por
desobedecer la orden del rey, ella decide ocultar a su hijo del poder de las
tinieblas.
Cuando ustedes le dan lo mejor a
sus hijos, cuando les enseñan lo correcto y los corrigen, cuando oran por ellos
y les enseñan a amar a Dios sobre todas las cosas, están ocultando a sus hijos
de los decretos satánicos.
Podemos ver a una hermana que entiende la fragilidad de su
pequeño hermanito y está dispuesta a sacrificar sus intereses (podía estar
jugando) por cuidar de él.
Cuando ustedes se preocupan y
cuidan a los más pequeños, como el trabajo que se hace en este Colegio Cristiano,
que busca entregar valores y conocimiento de Dios, con la finalidad que los
niños y niñas no se dejen engañar por el diablo.
Cuando ustedes velan y oran por los
hermanos que recién entregaron su vida a Cristo, una persona puede ser de edad
avanzada, pero en el momento que recibe a Cristo en su corazón vuelve a nacer y
es un pequeñito que debe ser cuidado, porque el diablo en ese momento ha
decretado que debe morir.
Podemos ver a una princesa que siente compasión por un
pequeño niño de otro pueblo.
¿Cuánto nos cuesta tener amor y compasión
por las demás personas?, sin duda y solo Dios sabe que nos cuesta mucho, por
eso uno de los motivos de oración que debemos tener es ese, tener amor por el prójimo.
La princesa estuvo dispuesta a todo,
también pudo perder sus privilegios y títulos por desobedecer al rey, pero decidió
adoptarlo como su propio hijo y darle todos los beneficios y cuidados de un príncipe.
Dios a menudo nos está dando esta hermosa oportunidad de adoptar, cuidar,
discipular, amar, orar, bendecir a un pequeñito.
Entonces, ¿con cuál de estas
valientes mujeres se identifica usted?, como la madre valiente que agota todos
los medios para cuidar a su pequeño hijo o hija de las garras de satanás, o
como la hermana que deja sus intereses para ayudar en el cuidado de los
Sea cual sea de las tres, yo la
bendigo mis hermanas y les deseo hoy
¡Un muy feliz día de la madre!
Dios las bendiga grandemente.