miércoles, 18 de enero de 2017

Ministerio apostólico y el ministerio profético en la actualidad

Autor: 
Alejandro Romero Osorio.
Ingeniero y Estudiante de Teología

Los equipos apostólicos  y el ministerio quíntuple, se promueven como modelos ministeriales neo-testamentarios que deben  seguirse hoy. Se enseña que tanto las iglesias como los creyentes necesitan contar con cobertura apostólica; es decir, estar bajo liderazgo apostólico para que puedan gozar plenamente de todo lo que Dios les ofrece.

Raíces del movimiento.

En el año 1948 hasta fines del 1950 este grupo  comenzó como resultado de un avivamiento que tuvo lugar en el Orlefinato y Escuela Sarón y en Instituto Bíblico Sarón, ambos de Saskatchewan, Canadá, bajo de la dirección de los hermanos Jorge y Ernesto Hawtin. El avivamiento se extendió entre las iglesias canadienses y estadounidenses y tomó las particularidad de enfatizar la idea de que en señal de ser aquellos los tiempos finales, Dios estaba restaurando entonces en la iglesia sus ministerios, dones y gracias, hasta ese instante perdidos o menguados entre el cuerpo de Cristo. Afirmaban que Dios estaba, en efecto, restaurando el ministerio quíntuple, de Efesios 4:11, la presencia de apóstoles y profetas contemporáneos como fundamento de la iglesia.

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros. Efesios 4:11 

Afirman que Dios estableció apóstoles y profetas como dones perpetuos a la iglesia, y la falta de reconocimiento de ellos durante la mayor parte de la historia eclesiástica ha sido  un gran error que ha retrasado el avance del reino de Dios.

La iglesia de hoy necesita de apóstoles para que vuelvan a hacer las obras fundamentales de los apóstoles del siglo primero.

En Efesios 4:11 se encuentra la fórmula del ministerios quíntuple que establece los cinco ministerios claves, esenciales ( apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros), que deben funcionar y permanecer en las iglesias para que prosperen.

Los apóstoles son los máximos receptores de la unción del Espíritu Santo y son capaces de transferirla a otros.

Los apóstoles tienen el máximo grado de autoridad en la iglesia.

Los apóstoles proveen cobertura a las iglesias y los creyentes que nadie más puede brindar.

Los apóstoles reciben revelaciones de parte de Dios. También son los mas iluminados por el Espíritu Santo para comprender e interpretar las escrituras. Dichas interpretaciones apostólicas son las verdades presentes; significados e interpretaciones bíblicas que quizá no se conocieron antes, pero que ahora Dios ha revelado a las mentes de los apóstoles. Los pastores, evangelistas y maestros deben seguir estas directrices e interpretaciones.

Definición de apóstol.

Un apóstol, es un misionero, uno que va donde Cristo no ha sido predicado y que evangeliza y planta nuevas iglesias, apóstol se  define como uno enviado, la obra de un apóstol es la de fundar iglesias. Tristemente vemos que los apóstoles de hoy no están pensando en ir a Arabia Saudita, Pakistán, Corea del Norte, Libia u otro lugar cerrado al evangelio. Los apóstoles de hoy parecen estar muchos más interesados en ejercer influencia sobre iglesias ya existentes y en establecer estructuras de autoridad (redes apostólicas) que puedan encabezar, antes de ofrecerse a sí mismo para una vida misionera en un lugar hostil al evangelio, pero los que se consideran a sí mismo apóstoles de hoy no están preocupados de implantar iglesias, quieren autoridad, influencia sobre iglesias ya existente y no cumpliendo con la definición del griego a la palabra apóstolos (uno enviado).

Las Asambleas de Dios

El 5 de diciembre del 2000, George Wood, el Secretario General, ahora Superintendente General de las Asambleas de Dios de Estados Unidos, habló sobre el apostolado en la iglesia de hoy y señaló una fuerte advertencia contra estas ideas de los apóstoles de hoy y menciono ni en las iglesias misioneras de Hechos ni en las cartas del Nuevo Testamento se presentan a apóstoles y profetas como oficios permanentes en la iglesia local ni como gobernantes de las iglesias.

El 6 de agosto del 2001, el presbiterio general aprobó una declaración titulada Apóstoles y Profetas, en la que explica su postura frente al movimiento apostólico y señala lo siguiente: Dentro de las Asambleas de Dios no se reconocen a personas con el título  de apóstol y profeta. Sin embargo, muchos de las iglesias ejercen la función del ministerio apostólico y profético. Las funciones apostólicas por regular ocurren dentro del contexto de abrir campo en áreas no evangelizadas o entre pueblos no alcanzados. El establecimiento de más de doscientas veinticinco mil iglesias por todo el mundo desde 1914 por las Asambleas de Dios no pudo haberse alcanzado si las funciones apostólicas no hubieran estado presente. Finalmente, se debe notar que los títulos no son tan  importantes como el ministerio en sí. Con mucha frecuencia se usa un título con una actitud de orgullo carnal. El título no hace ni a la persona ni al ministerio. La persona con el ministerio da significado al titulo. Jesús explícitamente advirtió a sus discípulos contra la búsqueda de títulos ( Mateo 23:8-12). Él nos dice: ”Pero Jesús, llamándolos junto a sí dijo: Sabéis que los gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos , y que los grandes ejercen autoridad sobre ellos. No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera entre vosotros llegar a ser grande, será vuestro servidor, y el que quiera entre vosotros ser primero, será vuestro siervo; así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:25-28)

Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. Mateo 23:8-12


Los apóstoles durante el siglo I – XIV según la historia eclesiástica

No cabe duda de la existencia de los apóstoles durante el primer siglo, el punto no admite discusión alguna, lo que se quiere demostrar es el oficio de éste y lo que hicieron.

Mazurek (2008) señala: “La iglesia no acuñó la palabra apóstol, recordemos que era un vocablo del griego común que significaba mensajero o enviado, diferentes formas del verbo apostollein aparecen más 700 veces en la versión septuaginta, (la versión del AT en griego, traducido unos 170 años  AC.) En este texto aparece casi siempre en el sentido de un simple enviar, sin un significado ministerial especial.  Por ejemplo, en 1Samuel 6:2, cuando los filisteos preguntaban ¿qué haremos con el Arca del Señor? Decidnos cómo la hemos de enviar a su lugar LXX expresa “enviar” con el verbo aposteloumen. Según 2Crónicas 32:31 los mensajeros que fueron enviados desde Babilonia para espiar las riquezas de Judá también fueron “enviados” dicho con el verbo apostalelisin.  EL vocablo, en efecto, tomaba un sentido religioso cuando el contexto era religioso; por ejemplo, en Isaías 6:8 donde Dios pregunta: “¿A quién enviaré?”; la LXX lo escribe: “Tina Aposteilo”.

Entonces los filisteos, llamando a los sacerdotes y adivinos, preguntaron: ¿Qué haremos del arca de Jehová? Hacednos saber de qué manera la hemos de volver a enviar a su lugar. 1 Samuel 6:2

Mas en lo referente a los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en el país, Dios lo dejó, para probarle, para hacer conocer todo lo que estaba en su corazón. 2 Crónicas 32:31

Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Isaías 6:8

En el nuevo testamento paso algo similar. Los vocablos apóstolos (sustantivo) y apostolein (verbo) se usaron a veces en el sentido genérico común, como también, por supuesto, en el sentido religioso eclesiástico. Un ejemplo de uso común del sustantivo apóstolos en el nuevo testamento se encuentra en Juan 13:16: “En verdad, en verdad os digo: un siervo no es mayor que su señor, ni un enviado es mayor que el que le envío”. Ahí la expresión “el enviado” es apóstolos, y obviamente se refiere  a una persona común y corriente que hace un mandado. Este ejemplo de dicción poética hebrea típica, con un hermoso paralelismo sinónimo, es donde se repite una misma idea dos veces al usar sinónimo. Aquí, “el enviado” de la segunda frase es sinónimo de “el siervo” de la primera. La forma genérica verbal apostello también existe en el Nuevo testamento. Por ejemplo, cuando Jesús dice en Mateo 13:41 “el Hijo del Hombre enviará a sus ángeles, y recogerán de su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad”, el verbo traducido “enviará” es apostelei.  Por lo tanto, no se debe pensar que la intención del Señor era declarar que los ángeles también son apóstoles en el sentido eclesiástico sino que simplemente está usando el verbo “enviar” en su sentido común.

Por otra parte, la palabra apóstolos tomó un significado especial para el cristianismo cuando a los discípulos Jesús se les llamó “apóstoles” o “apóstoles de Cristo” por ser enviados por Él.  Es más, el NT revela con bastante claridad cuales eran las características de los apóstoles y las condiciones para ser llamados “un apóstol” como testigos de la resurrección de Cristo fueron quienes recorrieron el mundo y colocaron los fundamentos de la iglesia mediante su predicación y testimonio (Hch 2:32, Ef 2:20); anunciaban el evangelio que habían recibido del Señor y presentaban el testimonio de lo que habían visto; y Dios confirmaba la verdad de su mensaje con señales y milagros (He 2:3-4).  Donde iban, plantaban iglesias locales, colocaban ancianos y seguían su marcha hacia nuevos territorios.

A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Hechos 2:32

edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo. Efesios 2:20

Y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Hechos 2:3-4

Las características de estos apóstoles eran muy servicial y humilde de su cargo o oficio, Pablo se identificaba como “siervo” (doulos) de Cristo Jesús (Romanos 1.1).

Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios. Romanos 1:1

Los apóstoles reconocían la importancia de su labor, que era fundacional y revelacional (Efesios 2:20; 3:5) plantaban iglesias, pero dejaban el gobierno de estas en manos de otros. Para nada les interesó quedarse en un mismo lugar por muchos años para gobernar su “red” de iglesias, muchos menos intervenir en los asuntos de iglesias fundados por otros. El apóstol Pablo revela su corazón sobre esta materia en Romanos 15 al decir “De esta manera me esforcé en anunciar el evangelio, no donde Cristo era ya conocido, para no edificar sobre fundamentos de otros” (v 20); y luego: “Pero ahora, no quedando ya más lugares para mi en estas regiones” (23). Según esto, es evidente que el apóstol no estaba interesado en “asumir y ejercer liderazgo” sobre iglesias ya existentes sino en hacer una labor misionera.

Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu. Efesios 3:5

Para el tiempo del concilio de Jerusalén, año 49, en la iglesia ya habían liderazgos de parte de ancianos (prebuteron) y apóstoles.  Según  Hechos 15:6, 22-23.

Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. Hechos 15:6

Entonces pareció bien a los apóstoles y a los ancianos, con toda la iglesia, elegir de entre ellos varones y enviarlos a Antioquía con Pablo y Bernabé: a Judas que tenía por sobrenombre Barsabás, y a Silas, varones principales entre los hermanos; y escribir por conducto de ellos: Los apóstoles y los ancianos y los hermanos, a los hermanos de entre los gentiles que están en Antioquía, en Siria y en Cilicia, salud. Hechos 15:22-23

Por otra parte , es interesante que el apóstol Pablo no apela a su condición de apóstol para atribuirse una mayor autoridad de la que tenían los ancianos, por lo contrario, se sometió en obediencia a su consejo por el gobierno de la iglesia de Jerusalén  (Hch 21:26).

Entonces Pablo tomó consigo a aquellos hombres, y al día siguiente, habiéndose purificado con ellos, entró en el templo, para anunciar el cumplimiento de los días de la purificación, cuando había de presentarse la ofrenda por cada uno de ellos. Hechos 21:26

Es interesante ver en el NT no existen directrices sobre una futura “sucesión apostólica”. En las epístolas se dan pautas específicas sobre los criterios que deben ejercer en la determinación de quién había de ministrar como anciano, obispo, diácono (Tito 1:5-9), pero no encontramos un mandamiento apostólico de las nuevas generaciones que habían de venir.  El único caso del nuevo testamento en donde se hizo un procedimiento para consagrar un nuevo apóstol, fue el de Matías  (Hch 1:15-26), que fue escogido para ocupar el lugar de  Judas Iscariote.  Es importante observar que Pedro afirma que fue necesario hacer tal elección para cumplir con lo profetizado en el caso particular “hermanos, tenía que cumplirse la escritura en que por boca de David el Espíritu Santo predijo acerca de Judas, el que se hizo guía de los que prendieron a Jesús.  Por que era contado entre nosotros y recibió parte en este ministerio.  Pues en el libro de los Salmos está escrito: que sea hecha desierta su morada y que no haya quién habite en ella; y que otro tome su cargo.

Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía. Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. Tito 1:5-9

Y en aquellos días, Pedro, levantándose en medio de los hermanos, dijo (y era la compañía junta como de ciento y veinte en número):
Varones hermanos, convino que se cumpliese la Escritura, la cual dijo antes el Espíritu Santo por la boca de David, de Judas, que fué guía de los que prendieron á Jesús; El cuál era contado con nosotros, y tenía suerte en este ministerio. Este, pues, adquirió un campo del salario de su iniquidad, y colgándose, reventó por medio, y todas sus entrañas se derramaron. Y fué notorio á todos los moradores de Jerusalem; de tal manera que aquel campo es llamado en su propia lengua, Acéldama, que es, Campo de sangre. Porque está escrito en el libro de los salmos: Sea hecha desierta su habitación, Y no haya quien more en ella; y: Tome otro su obispado. Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día que fué recibido arriba de entre nosotros, uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección.
Y señalaron á dos: á José, llamado Barsabas, que tenía por sobrenombre Justo, y á Matías. Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál escoges de estos dos, para que tome el oficio de este ministerio y apostolado, del cual cayó Judas por transgresión, para irse á su lugar. Y les echaron suertes, y cayó la suerte sobre Matías; y fué contado con los once apóstoles. Hechos 1:15-26

La elección de Matías obedeció a un mandamiento específico, un imperativo profético al caso particular de Judas, y no fue la primera de una perpetua serie de elecciones de personas al apostolado en reemplazos de otros miembros apóstoles fallecidos.

Conclusión

La evidencia exegética indica que el apostolado no existe en los tiempos actuales, la Biblia habla respecto a esto sobre el “enviado” la persona que va y llega a los lugares donde Cristo no es conocido, implanta iglesias, deja ancianos  para la ministración de ésta.

Para ser apóstol se tenían que tener dos grandes cualidades. La primera era haber conocido a Jesús personalmente, La segunda, un apóstol tenía que ser un testigo de la Resurrección del Señor, algo que ninguno de estos  apóstoles de hoy cumple.
  
Sobre los profetas se movían por toda la Iglesia. Su mensaje no era el resultado de su pensamiento o estudio, sino que les era revelado directamente por el Espíritu Santo. Iban de iglesia en iglesia proclamando la voluntad de Dios tal como Dios se la había revelado, no sé si se está cumpliendo esto hoy, la verdad Dios lo podrá juzgar.


Bibliografìa

1.- Jhon Strong; Nueva Concordancia Strong; 2002.

2.- Robertson; Comentario al texto Griego del Nuevo Testamento  A.T.; 2003.

Salto del Laja. Octava Región. Chile

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