Cuando llegamos por primera vez en nuestra vida a una iglesia
o tal vez nos encontramos con alguna película o canción donde se exclama con gran
júbilo la palabra “aleluya”, nos preguntamos por su significado y quizás por la
forma como se pronuncia nos da una idea que se trata de una expresión a
alabanza y adoración a Dios lo cual es correcto.
Aleluya es una palabra hebrea que significa “load a Yah.”, Yah. Es la forma abreviada de Yahveh
(Jehová). Aleluya es una antigua exclamación litúrgica de regocijo y alabanza,
con la que comienzan y/o terminan muchos salmos.
Inician con Aleluya Salmos 111 y 112.
Terminan con Aleluya Salmos 104, 105, 115, 116 y 117.
Inician y Terminan con Aleluya Salmos 106, 113, 135, 146,
147, 148, 149 y 150.
Originalmente era pronunciada por el cantor, el sacerdote y
los levitas, y luego repetidas por todo el pueblo. Se cree que había llegado a
ser un llamado habitual a la adoración en el culto del templo.
En el Nuevo Testamento solo aparece en Apocalipsis 19:1-6,
como grito de júbilo (Alabanzas en el cielo). Los Salmos Aleluyáticos ocuparon
un lugar importante en la sinagoga, y en entre ellos especialmente el Gran
Hellel (Salmos 113-118) que se piensa fue entonado por Jesús a los apóstoles, después
de la ultima cena[1], “Después
de haber cantado el himno, salieron al Monte de los Olivos.”[2]
Bibliografía
Santa Biblia. Revisión Reina-Valera 1995.
Nelson, Dr. Wilton M. Diccionario
Ilustrado de la Biblia. Miami; Florida: Editorial Caribe, Inc. 1977
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