Cuando Josías comenzó a reinar Jerusalén cuando tenía 08 años
y reino por 31 años.
Josías obedeció a Dios en todo, pues siguió fielmente el ejemplo de su
antepasado David (2 Crónica 34:2 TLA)
El papa de Josías se llamaba Amón y cuando tenía 22 años comenzó
a reinar Jerusalén y reino 02 años.
Amón no obedeció a Dios, sino que siguió el mal ejemplo de su padre
Manasés, pues adoro a los ídolos que su padre había fabricado, y les ofreció
sacrificios (2 Crónica 33:22 TLA).
Amón no se humillo nunca a Dios y murió asesinado por sus
propios siervos.
El abuelo de Josías y papa de Amón
se llamó Manasés.
Manasés tenía 12 años cuando
comenzó a reinar Jerusalén y reino por 55 años.
En una lista de reyes malos y
perversos, Manasés estaría dentro de los Top
One. Su vida es un listado de hechos malvados:
·
Adoro a dioses falsos, fabrico estatuas para adorarlos
y hacer sacrificios humanos para ellos.
·
Sacrifico a sus propios hijos.
·
En el propio templo de Dios, puso estatuas de sus
dioses.
·
Practico brujería.
Sin embargo, Manasés se dio cuenta
de sus pecados y le suplico a Dios que lo perdonara. Y Dios lo escucho y lo
perdono.
Si Dios perdono a Manasés, con
seguridad puede perdonar a cualquiera.
¿Te encuentras tristes, preocupado y cansado por algo malo que hiciste o
haces?
¿Dudas que alguien te pueda perdonar por lo que has hecho?
¡Anímate, hasta la hora
de la muerte, nadie está fuera del alcance del perdón de Dios!
Volviendo a Josías, él tenía 08
años cuando comenzó a reinar, pero él no siguió el ejemplo de su papa o abuelo,
él desde el principio, es decir de niño comenzó a obedecer a Dios.
Cuando Josías tenía 16 años comenzó
a buscar a Dios y su sabiduría.
Cuando Josías tenía 20 años comenzó
a destruir los altares por todo Israel donde se adoraban a otros dioses, ordeno
que los hicieran polvo y que lo echaran sobre la tumba de los que adoraron esos
ídolos.
Cuando Josías tenía 26 años mando a
reparar el templo de Dios que estaba en ruinas. Recuerden que los reyes anteriores
no se preocuparon de él e incluso pusieron en el templo dioses falsos.
Cuando estaban reparando el templo,
encontraron entre las ruinas el Libro de la Ley de Dios, es decir, la Biblia,
estaba perdida por muchos años, como nadie buscaba a Dios, no la echaron de
menos.
Esto es muy similar a tener una Biblia
y no leerla, es como si estuviera perdida o escondida.
Entonces la Biblia dice que le llevaron a Josías el
Libro de la Ley de Dios y se lo leyeron y cuando escucho palabras tales como:
Pero si no obedecen los
mandamientos de Dios, que hoy les he dado, serán castigados y caerán sobre
ustedes maldiciones… y… si se portan mal y se apartan de Dios, él los maldecirá
y los hará sufrir, a tal grado que ustedes no sabrán que hacer. Muy pronto
serán destruidos. (Deuteronomio 28:15 y 20 TLA)
Cuando Josías escucho lo que decía
el Libro, comenzó a llorar y rompió su ropa en señal de tristeza.
Josías les dijo a todos los que
estaban con él en ese momento:
¡Dios debe estar furioso con nosotros, pues nuestros antepasados no
obedecieron lo que está escrito aquí! (2 Crónicas 34:21)
Sin perder tiempo Josías junto a
todo el pueblo, desde el más anciano al más joven y les leyó el Libro, y ellos
se arrepintieron y le pidieron perdón a Dios.
Mientras Josías vivió el pueblo
nunca dejo de obedecer a Dios. Tristemente cuando el rey murió el pueblo volvió
a hacer lo malo.
Josías murió a los 39 años y la
biblia dice en 2 Reyes 23:25
No hubo otro rey antes de él, que
se convirtiese a Jehová de todo su corazón, de toda su alma y de todas sus
fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés; ni después de él nació otro igual.
Te invito que imites el ejemplo de Josías y puedas repetir esta oración. Igual que Josías ora con un corazón arrepentido y busca a Dios y su sabiduría que esta en la Biblia.
Padre, reconozco delante
de Ti que he pecado, que he hecho lo malo ante tus ojos, te he desobedecidos,
te he defraudado, he servido a dioses falsos y he hecho muchas cosas malas que
me han separado de Ti. Pero hoy vengo arrepentido y te suplico que me perdones.
Mi Dios limpia, restaura
y sana mi corazón y te invito que vivas en él.
En el nombre de Jesús, tu
Hijo amado y mi Salvador.
Amen
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